La imagen dice más que mil palabras. Es siempre subjetiva, hay siempre un alguien atrás que la decodifica a su manera, a su experiencia, a su visión. Concebir una idea desde cero y llevarla a la realidad no es tarea sencilla. Quienes trabajamos con la imagen sabemos que no lo es. Por lo menos aquellos que lo hacemos con convicción, responsabilidad, pasión y respeto. Sobre todo en un mercado donde muchas veces el que paga se cree con derechos. Entonces, las ideas corren el riesgo de morir asesinadas. Y no hay democracia que valga. No obstante, hay que renacer como el ave Fénix, sacando agua de las piedras y demostrar que un chorro de agua puede ser tan bello como un arroyo y tan magnífico como un océano. Y ahí viene nuestro trabajo. Nuestra tarea es hacer que parezca y se vea bello. Y para eso no podemos hacer que parezca que trabajamos. Es como rendir examen diariamente. En éste mercado competitivo y comercial, se impone más la responsabilidad del hacer y la responsabilidad del parecer. De concebir imágenes donde, forzando un poco o mucho la realidad, aparezcan postales maravillosas que hagan soñar a quienes las vean. Tenemos la responsabilidad de trabajar con y para la ilusión.
FELIZ AÑO NUEVO
Anteojo Infinit, modelo Tito.