La paleta arrancó con blanco puro y cerró con verde intenso, en un tono que ya tiene nombre: Müller. En el medio un acertado uso de negro, piel tostada y blanco y negro en composé, pleno y estampado. Pero el torbellino llegó de la mano del naranja, tan luminoso que broncea, tan intenso que son necesarios anteojos de sol. Tan actual que enamora a primera vista. El repaso por las tendencias es muy personal, con polleras al mejor estilo YSL, con túnicas livianas como la brisa del verano, con vestidos cortos y femeninos y otros amplios y anchos que esconden secretos de mujer. La capa liviana reemplaza al blazer y aporta sofisticación. Tajos hasta en pantacourts de seda que recrean una nueva versión muy para ellas. París y Buenos Aires. Capri y Punta del Este. Exceso de moda que no cansa. Una colección fiel, propia, intensa, con allure, segura, concreta, charmante y llena de garbo moderno. La música apoyó y acompañó. Solo faltó Gloria Gaynor sentada en una maxi bola de espejos cantando, al mejor estilo Studio 54, en una reversión europea, al mejor estilo, Carolina Müller.
(Anteojo Infinit, modelo Tito)
Buen blog!!!
ResponderEliminarte sigo!
saludossss
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