Los Valentino (Maria Grazia Chiuri y Pier Paolo Piccioli) crecieron lo suficiente como para que la colección de alta costura que presentaron hoy en París los consagre definitivamente. Conseguir un estilo que sea elegido por las clientas tradicionales de la etiqueta y también por las nuevas generaciones los hace merecedores de una estrella dorada en el firmamento de la moda. Las últimas colecciones del dúo sostuvieron el estilo refinado que siempre tuvo la marca. Las chicas Valentino siguen creciendo en edad, buen gusto y exigencias de moda. Chiuri y Piccioli continúan con esa vuelta a la elegancia sin esfuerzo que tan bien les sale y que tan bien es aceptada por las fanáticas. Un detalle de ese crecimiento en conjunto sea, quizás, que las guillerminas de hace dos temporadas cambiaran por stilettos de punta y taco finos. Hoy la última presentación es una progresión de las vestales vírgenes que presentaran en Enero, donde no faltó la silueta longilínea, delicada en materiales y estampados y compacta en cuanto a colores: solo hubo dos vestidos colorados (en homenaje al propio Valentino?) y una catarata de oros lavados, plata empolvada, peltre, blanco inmaculado y nude. Sin dudas un desfile con identificación de marca y con identificación de diseñadores. Si duda, un trabajo no tan fácil de conseguir que merece aplausos sostenidos.
(Anteojo Infinit, modelo Tito)
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